El Heraldo de Aragón es un periódico fundado en Zaragoza en 1895 por Luis Montestruc Rubio. Se trata de un periódico generalista que centra su atención, principalmente, en Aragón y que dedica su contraportada a realizar entrevistas a personajes ilustres.
Para una aragonesa como soy, ocupar por un día la contraportada de este importante periódico es todo un honor que, desde estas líneas, me gustaría agradecer al Heraldo de Aragón por haberme ofrecido esta oportunidad.
A continuación, podéis leer esta entrevista que realizó la periodista Elena Pérez Beriain o bien descargarla en la página web del Heraldo de Aragón.
Davinia Moreno: “Hay que tener imaginación y la mente abierta al estudiar fósiles”
De Ricla a Atapuerca pasando por Francia, Tanzania, Portugal…
Es lo que tiene este trabajo. Te tienes que mover para avanzar. Tuve que ir a París a estudiar mi especialidad y, después de ocho años, volví a Burgos en 2014 como responsable de la línea de investigación en datación por resonancia paramagnética electrónica en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh).
¿Todo está escrito en los fósiles?
Mucho, pero no todo. Debemos ser creativos al estudiarlos y tener una mente muy abierta para entender esos procesos.
¿A partir de una piedra minúscula se puede imaginar un ecosistema?
Exacto, aunque parezca mentira. Hay que evocar otros mundos. Por ejemplo, los paleontólogos que empezaron a trabajar con dinosaurios se enfrentaban a unos huesos que no correspondían a nada que pudiera existir en la vida actual. Hay que tener mucha imaginación para pensar en reptiles gigantes de esas características.
Al hablar de fósiles se piensa en dinosaurios.
Sí, pero los dinosaurios son una parte pequeñísima del registro fósil. Las películas han ayudado a su divulgación, aunque existen cientos de miles de especies que la gente desconoce y son mucho más abundantes.
¿En qué se diferencia su método de datación del Carbono 14?
El Carbono 14 solo permite datar hasta 50.000 años, es decir, objetos muy recientes. Lo que yo hago es extraer los granos de cuarzo contenidos en el sedimento en el que aparecen los fósiles y a partir de ellos puedo saber el tiempo que ha pasado. No se mide la edad del fósil sino del sedimento.
¿Cuál es el margen de error?
Está entre el 5 y el 10%. Es un método que se puede aplicar a muestras desde los 100.000 años a los cuatro o cinco millones. Ahora estoy trabajando con restos de Tanzania que podrían ser de hace 1,6 millones de años.
Parece ciencia ficción.
A veces, cuando explicas en qué consiste, mucha gente dice que te lo estás inventando, que eso no es posible. Yo trabajo a nivel atómico e incluso a mí me resulta fascinante pensar cómo a partir de una bolsa de tierra puedo saber que esta tiene 1 millón de años.
¿Desde el centro de Burgos analiza la evolución humana?
Así es. El método de datación solo abarca el rango de edad en el que vivió el ser humano. Hoy por hoy no puedo datar la edad de la tierra, pero quién sabe en un futuro. Esto solo acaba de empezar.
¿Qué faltaría por conocer?
Queda muchísimo por saber. Hace unos días leí que habían descubierto una nueva especie de orangután en Indonesia, algo que incluso nos ha sorprendido a los que nos dedicamos a la ciencia. De los fósiles creemos que ya lo hemos descubierto todo, pero en realidad no conocemos prácticamente nada. El registro fósil es tan rico como la biodiversidad actual. Estoy segura de que somos capaces de descubrir muchas otras especies fósiles, lo que pasa es que aún no se han encontrado esos yacimientos. Pero están ahí.
¿Aragón tiene una gran riqueza paleontológica?
Tenemos yacimientos desde los periodos geológicos más antiguos a los más recientes. Todas las hojas del libro de la historia de la tierra están reflejadas en uno u otro sitio de esta región.
¿Qué tiene Ricla para haber sido sede hace unos días de unas jornadas de paleontología?
Tres apasionados –mi padre Carmelo Moreno, Javier Castellano y Joaquín Guerrero– crearon en 1988 la asociación cultural Bajo Jalón, que organizó esta cita. Quisieron mostrar a su pueblo el yacimiento que existía en Ricla para que se conociera.
Su amor por los fósiles le viene de familia.
Sí, no sé si por suerte o por desgracia. Mis amigas salían a la playa o Port Aventura, yo me iba al monte con mis padres.
¿Cree que es importante fomentar el talento científico y tecnológico entre las niñas?
Colaboro en el Programa Stem Talent Girl para ayudar a que las chicas se interesen por estas carreras. Me encantaría que también se conociera en Aragón.